domingo, 19 de febrero de 2012

Tesis: Liliana Elsa Arci (La Guerra Del Paraguay) [2010]


 Provincia de Buenos Aires
Dirección General de Cultura y Educación
Dirección General de Educación Superior
Instituto Superior de Formación Docente y Técnica
 N° 39


Tesis presentada para cumplir con los requisitos finales para la obtención del título de Profesora de Historia con trayecto en Ciencias Sociales


“LA GUERRA DEL PARAGUAY”

TUTORA: VILLAR, Olga
ESTUDIANTE: ARCI Liliana Elsa
Agosto de 2010

INDICE:

Abstract……………………………………………………………………………………….   3
Introducción…………………………………………………………………………………   5
Contexto Europeo……………………………………………………………………….    7     
Contexto Americano…………………………………………………………........   10
Paraguay ¿Capitalismo de Estado?......................................   14
Países en guerra………………………………………………………………………….  16
Don Bartolomé Mitre………………………………………………………………....  24
Camino hacia la guerra, origen de la Triple Alianza………………..   29
Una guerra impopular……………………………………………………………….   31
Dos batallas, y diferentes finales……………………………………………...  33
Diversas causas…………………………………………………………………………   36
Lo que le molesto al poder porteño de la conducta paraguaya.. 41
Breves reflexiones de historiadores del siglo XX………………………  42
Conclusiones………………………………………………………………………………   43
Bibliografía………………………………………………………………………………..… 44




ABSTRACT:

El conflicto bélico en el que el Imperio Brasileño se alió con Argentina y Uruguay contra Paraguay, en los años del 1864 y 1870, ha merecido importantes estudios, ya desde finales del siglo XIX. Con diferentes enfoques, autores de diversas nacionalidades han dado énfasis a los hechos militares heroicos, o han abordado cuestiones político-económicas relacionadas con la contienda y la economía del mercado internacional imperante.

Escapando a esos recortes, también estudios recientes han dedicado atención a los actores del conflicto, observándose  la presencia de negros y mujeres en la guerra, y también se ha intentado dar visibilidad a los indígenas que se envolvieron, o que fueron envueltos de ambos lados de la disputa, como por ejemplo, por el lado brasileño es conocida y confirmada la participación de los grupos indígenas, cuyos territorios se localizaban en el Pantanal.  Entre las presencias más notables se cuentan los Txané-Guaná (Guaná, Terena, Kinikinawa y Layano) y los Mbayá-Guaikurú (Guaikurú, Kadiwéu), otras fuentes mencionan a los Guatò.

Fueron los múltiples testimonios escritos y orales que he consultado, analizado y reflexionado, más el arte pictórico de Cándido López, aportes valiosísimos para esta investigación.

LA NACION, martes 31 de diciembre de 2002, pagina 17 “NOTAS”
Cándido López, a cien años de su muerte
“…Se hallaba en San Nicolás, en aquel 16 de abril de 1865, cuando la invasión paraguaya cambió su vida. El país quedó estupefacto, como el mismísimo presidente lo dijo en Buenos Aires a la multitud que acudió a su domicilio. Una corriente de odio invadió a la Nación.
López se alistó voluntariamente, mientras el litoral entrerriano, indignado por las muertes de la heroica ciudad uruguaya de Paysandú, no deseaba mezclarse en una guerra aliado a Brasil. En San Nicolás, el comandante Juan Carlos Boerr convocó a los ciudadanos civiles para formar un batallón de voluntarios para la Guardia Nacional. Allí se enroló el joven pintor, de 25 años, Todo lo abandonó para marchar al Norte tórrido y peligroso, a una guerra que no tendría ni tregua ni cuartel. Lo incorporaron con el grado de teniente segundo. Llevó, si, sus lápices, sus bastidores, sus papeles, su arte. Su modesto batallón integraría el Primer Ejército del general Wenceslao Paunero […]
Su regimiento -y por lo tanto él mismo- tuvo en la guerra participación decisiva. Estuvo en la batalla de Yatay, rendición de Uruguayana, acción de Paso de la Patria. Intervino en el asalto de la fortificación de Ita pirú, en el combate de Estero Bellaco del Sur, el 2 de mayo de 1866, en el pasaje y cruce de los esteros del campamento de Tuyu ti, el 20 de ese mes y año, y, sobre todo, en la cruenta batalla de ese nombre, el día 24. Luchó en los combates de Yataití-Corá, Boquerón y Sauce, los días 10, 11 16 y 18 de julio. Finalmente intervino en Curupay ti.
En los días previos, López estuvo varias veces en el campo de batalla, lo recorrió desde diversos sitios y en todos ellos tomó notas y realizó bocetos sobre los preparativos de ambos bandos, hasta que el 22 de septiembre de 1866, se lanzó con miles de sus camaradas al ataque infructuoso de las fortificaciones paraguayas, donde varios millares de argentinos dejaron la vida. López recibió en la mano derecha el impacto de una granada que le hizo perder mucha sangre, y con el brazo sangrante en alto, desprovisto de arma, lo vieron sus camaradas seguir su marcha inútilmente […].
El médico militar Lucilo del Castillo debió amputarle dos veces el brazo hasta cortarlo por arriba del codo. Recibió desde entonces el mote de “el Manco de Curupay ti”, con el que se lo conoce en la historia del arte…”.

INTRODUCCION

En la historiografía Argentina la Guerra del Paraguay ha sido siempre un tema de controversia, por ello, durante el siglo pasado y parte del presente se realizaron, un importante número de investigaciones sobre el por qué de la misma, sin llegar a convencer a los imparciales.

El tema se ha tratado desde diversos ángulos, intentando justificar según la posición de cada uno de los intervinientes, las verdaderas causas de una guerra, que muy difícilmente se pueda concebir.

Es posible seguir los hechos previos a la misma y observar como se fueron sucediendo, de tal modo, que necesariamente parecen desembocar en un choque armado. Uno de los motivadores partícipes, Brasil mantenía desde muchos años antes del comienzo del conflicto una agria disputa por una amplia franja de territorio.

Las pretensiones brasileras expuestas en 1854, quedaron firmemente sentadas en el tratado de la Triple Alianza. Luego fueron satisfechas al finalizar de la guerra, a través del tratado de paz unilateral firmado con Paraguay.

También se puede pensar en una lucha de poder entre las “Grandes Potencias” como Gran Bretaña y Francia, deseando imponer condiciones a los pueblos de Latinoamérica, su condición de ex colonias, con nuevas y arraigadas ideas nacionalistas e ideas populares, como fue el caso del pueblo paraguayo, obstaculizaban el pensar y deseo de estas potencias.

Si pensáramos que ya, antes de la guerra existían viejos rencores, entre los participantes, como el apoyo del Paraguay al general argentino José María Paz en su campaña contra Rosas, él cual nunca reconoció, la independencia del Paraguay, que de hecho ya tenía desde 1811.

Recién en 1857 Argentina firmara con el Paraguay un tratado de amistad, comercio, libre navegación de los ríos y reconocerá la independencia del país mediterráneo, quedando para más adelante el problema de los límites definitivos.

Esto no era urgente para la Argentina, pero sí para Paraguay que debía y deseaba asegurar sus fronteras, la carencia de tratados al respecto, no la favorecía, es cierto que el Paraguay invadió territorio argentino. La invasión fue la excusa para el gobierno actuante de la época, pero los artífices argentinos de la alianza nunca expresaron cuáles fueron, los verdaderos motivos de su posición. Por ello se han tejido tantas explicaciones que van desde la defensa del honor nacional, hasta la presión internacional sobre los participantes para imponer el libre cambio en Paraguay.

Entre las diferentes argumentaciones expuestas, trataremos de dilucidar el:
¿Por qué Argentina participa en esta guerra?.
¿Podía la Argentina evitar su participación en el conflicto armado, haciendo caso omiso al “honor nacional”?
¿Qué intereses escondía la Gran Metrópoli?, ¿Imponer sus condiciones?, ¿Condiciones económicas, políticas o ambas?
¿Por qué Brasil firma la paz por separado, había logrado satisfacer sus ambiciones territoriales?¿Traicionaba a sus aliados?.

Se analizará la historia oficial que oculta los verdaderos móviles que provocaron la guerra y el desarrollo independiente de este país: el Paraguay, el entorno y  la situación e intereses de los países intervinientes, Brasil, Uruguay, y Argentina, la situación externa mundial y las consecuencias, políticas sociales económicas y territoriales, cuya fuente de origen, fue el desangrar de la región sur del continente.

Paraguay se oponía al libre cambio, defendía el nacionalismo,  sus productos representaban  un severo obstáculo para el expansionismo neo colonial de Gran Bretaña, además no aceptaba perder su independencia formal, y la libertad  de elegir su propio destino.

CONTEXTO EUROPEO

En la segunda mitad del siglo XIX, Europa marcho decididamente hacia la modernización y la industrialización, poblando al viejo continente de chimeneas, avances científicos e innovaciones técnicas, que impulsaron al comercio y las comunicaciones, pero con una dimensión internacional hasta ese momento nunca puesto en práctica.

La fe en el progreso prometía un bienestar sin límites, la industria asimismo traía consigo el crecimiento de la clase obrera (nacida a fines del siglo XVIII en Inglaterra); pero esta clase tenía actitudes diferentes, había comenzado a demandar y revindicar sus derechos y necesidades, la burguesía reconocía una sensación inquietante.

El desarrollo de esta segunda Revolución. Industrial, ya no se limitaba a la Isla, en el Continente, Alemania  corría el mismo destino, la competencia estaba en marcha; los principios básicos de necesidad de mano de obra, materia prima y nuevos mercados, acompañaban los aconteceres, industrializar era sinónimo de comercializar, un solo vector guiaba estas conductas, “era necesario asumir el rol de Rectores de la Política Mundial”.

Las columnas del capitalismo y del nuevo imperialismo, serian las que mantendrían la estructura deseada, el crecimiento, desarrollo y progreso del viejo continente, volvían a necesitar territorios ajenos, África y América Latina, proveedores de mano de obra y materia prima barata desde los pasados siglos, nuevamente serian el edén preciado.

Las últimas décadas del siglo XIX y principios del XX marcaron un dinámico período de transición que no solo abarco a Europa, sino que se extendió al norte del Continente Americano, “Estados Unidos de America”, la presencia de este nuevo actor y sus situaciones coyunturales, afectaran el escenario mundial.

En Europa Prusia sello la unificación germana, Bismarck actuó con habilidad y precisión, ¿de que manera?, hizo y deshizo alianzas, antecedentes que permitieron el engrandecimiento de Alemania, y que enojaría hasta un enfrentamiento mundial, a aquellas viejas potencias hegemónicas colonialistas, como Inglaterra, Francia y Holanda.

Entre 1848 y 1864 acaece en la Gran Bretaña, un período único en los anales de la historia, por el desarrollo de su industria y el florecimiento del comercio, esto a la vez era el producto del incremento en la explotación del proletariado, sumado a la succión de riquezas provenientes de las colonias y semicolonias.

El comercio se expandía y millones de seres eran convertidos en proveedores de materias primas, alimentos, y también   consumidores de manufacturas inglesas.

En la década del sesenta del siglo XIX la industria textil algodonera continuaba siendo la rama fundamental de toda la industria textil inglesa, pero como consecuencia de la guerra civil norteamericana se ve privada de su materia prima, el algodón, es decir la vieja Metrópoli (Gran Bretaña) enfrenta una crisis social derivada de un ejército proletario sin trabajo, urgido de comer y dar de comer a los suyos, de modo que a las razones de la burguesía británica de luchar por la conquista de nuevos mercados y colonias, y acentuarse en las ya poseídas, se suman  la de asegurarse la provisión de materia primas y alimentos, razones que no cesarán hasta 1865.

En pocas palabras, la guerra civil de Estados Unidos enseña a Inglaterra a no depender de una sola fuente preponderante para la provisión de productos básicos, la tarea diplomática consistirá en abrir nuevas fuentes y estimular el cultivo de algodón y cereales allí donde fuera posible y conveniente.

Pero no siendo Gran Bretaña, la única en el escenario europeo, con estas ambiciones, (el reloj corría demasiado rápidamente), fue con esta intensión de lograr a escala mundial una política que la ponga a cubierto y la sitúe en el vértice superior de la pirámide comercial mundial, que necesitará y buscará  aliados en todos los países que no domina colonialmente, y serán los aliados los más altos funcionarios, quien dócilmente acepten organizar y adecuar las economías locales a las necesidades de la Gran Metrópoli, y no en base a los intereses de su propio país,

De todas maneras, Gran Bretaña intenta una jugada, apoyando a los estados sudista de Estados Unidos a través de Nueva Orleáns, pero ante el fracaso de la vía mexicana, se decide por la mediación diplomática, de George Wdrabble. Mientras tratando intentará convencer a López  presidente del Paraguay, de que se aviniese a las condiciones británicas, López se niega por razones que mas adelante analizaremos.

En Argentina y debido a la lucha constante entre autoridad/gestión y el poder, la oligarquía agro-exportadora, más obsecuente y felizmente beneficiada modelará la economía transformándola en un apéndice de Gran Bretaña, los hechos se suceden  por la existencia de esta minoría dispuesta, y que a su vez esta permitiendo y favoreciéndose de un trazado ferroviario que a partir del puerto de Buenos Aires se expandirá hacia las áreas productoras de cereales y carne.

Pero no en todos lados donde el Imperio pone sus ojos existen aliados refrendan tés del proyecto “industria –comercio Inglés”, algunos países siguen intentando sus propios objetivos “crecimiento y desarrollo” este es el caso de Paraguay.
       

CONTEXTO AMERICANO

Los países que integraban Latinoamérica del siglo XIX compartían algunas similitudes culturales, por haber sido territorios coloniales de España, Portugal y Francia. Entre ellos se observan también grandes variaciones lingüísticas, étnicas, sociales, políticas, económicas y climáticas, por lo que no se puede hablar de un bloque uniforme, y de ninguna manera un accionar regional.

La cultura de América Latina tiene como principal característica el sincretismo de culturas muy diferentes, siendo las principales fuentes: Maya, Inca y otras culturas Precolombinas

Una brevísima descripción política -económica de América Latina, nos marcará las diferencias preponderantes e inocultables existentes entre una America del Sur y America del Norte, señaladas las mismas también un breve relato del país del norte, nos servirá para ubicarnos en los aconteceres de la década del sesenta en el siglo XIX, en los extremos opuestos de un mismo continente.

En Estados Unidos de Norteamérica, la finalización de la guerra civil en 1865, se había resuelto a favor de los nordistas, la marcha a la superproducción industrial y agrícola obligaba a esta nación ahora unificada, a salir del aislamiento, acompañaba una poderosa banca que financiaba las nuevas actividades económicas, la industria pesada el uso de nuevas fuentes de energía y la mecanización agrícola, aquí también el capitalismo echaba raíces, y mas aun se perfeccionaba.

En la medida en que disminuía la gravitación europea, aumentaba la importancia de los países americanos en la determinación de una política internacional, parece oportuno establecer cuáles eran las líneas básicas en que se movían esas naciones.

Estados como ya habíamos dicho después de la guerra con México y de su colosal expansión hacia el Pacífico, se habían  vistos envuelto en la guerra de Secesión donde se jugaba el futuro de la esclavitud en el país, a esto se oponían los Estados industrializados del norte a los Estados rurales del sur y los criterios progresistas y liberales de lo primeros contra la mentalidad tradicionalista de los segundos, esta guerra obligó al presidente Lincoln, vencedor en la contienda a desentenderse de muchos otros problemas, aquellos referentes al resto del continente americano.

Esto fue aprovechado por Francia tentando suerte en México,  apoyando al sector conservador que unido a la iglesia trataba de recuperar el poder que había pasado a manos de los liberales cuya cabeza era Benito Juárez, fue así que nació el imperio de Maximiliano que no pudo vencer la resistencia juarista de 1866, habiendo puesto fin a su guerra civil,  Estados Unidos  comenzó a terciar en el problema mexicano, apoyando a los liberales republicanos. Francia que veía a la vez complicarse el panorama europeo (guerra austro-prusiana) optó por retirarse y librar a su suerte a  Maximiliano, que poco logro con el apoyo conservador: “fusilamiento”.

La imposición del liberalismo en México distaba de ser un fenómeno aislado en América; si tras las guerras de emancipación seguidas de procesos anárquicos, luego  sucedidos por regímenes de tipo conservador, en general de tipo autocrático, la estabilidad o el progreso de aquellas sociedades y los excesos de los gobiernos comenzaron a generar hacia la mitad del siglo XIX el debilitamiento de aquellos y el alza de los regímenes liberales.

En Argentina se imponía el liberalismo económico y el conservadurismo político consolidado desde la hegemonía oligárquica agro-exportadora, en Venezuela un liberalismo federalista y anticlerical, similar en Colombia, y es en Chile que el conservadurismo transa finalmente hacia 1861 con los liberales iniciándose una transición,  que en diez años más dará a Chile el primer presidente liberal, Federico Errázuriz Zañartu.

Incluso en el mismísimo Imperio del Brasil, se alternan elementos conservadores y liberales, pero desde 1863 los últimos se asegurarán el gobierno, serán los conservadores que lograrán la victoria a partir del éxito de la guerra de la Triple Alianza, es en este momento donde el platillo de la balanza los favorecerá.

Dentro de este movimiento continental pro-liberal, los únicos países que se han sustraído a este proceso son Bolivia, Perú, y Ecuador. Bolivia gobernado por el poder militar, apoyándose en elementos oligárquicos, Perú desde 1845 hasta el 1875 responde a una plutocracia conservadora con un sistema económico basado en el guano, con cierta corrupción administrativa que desembocará en contiendas civiles, Ecuador entre1860 y 1875, con una dictadura conservadora y católica, progresista en lo económico y afrancesada en lo cultural.

·         Demografía y economía
América había crecido considerablemente en los últimos años. Brasil tenía 10.000.000
de habitantes, México alrededor de 3 millones de habitantes, Perú tenía 2.600.000, Chile 2.000.000 y Venezuela 1.800.000 y la Republica Argentina apenas igualaba las cifras de este último en la década del sesenta, por lo tanto nuestro país era el menos poblado de América.

En lo económico estas naciones habían tomado cierto vuelo, en el ejemplo chileno un desarrollo minero, caso peruano el guano, Colombia comenzaba su desarrollo cafetalero, Paraguay exportaba bajo monopolio estatal tabaco y yerba mate, la producción agropecuaria Argentina estaba centrada en productos de ganado bovino y ovino; toda  Latinoamérica era exportadora de materias primas cuyo principal comprador era Gran Bretaña; y los  intereses de Estados Unidos variaban según las regiones del continente  debilitándose  hacia el extremo sur, en cambio el desarrollo industrial francés acrecentaba sus relaciones con América Latina.

·         El Hispano-americanismo y el repudio al Panamericanismo
Hacia 1856 y a causa de las actividades del pirata Walter en América Central, se firmó un tratado Continental entre Perú, Chile, y Ecuador, tendiente a fomentar la unión hispanoamericana y a enfrentar la agresión europea. Es  en 1861 cuando se decide promover esta alianza a través de un Congreso en la ciudad de Lima al que concurren aparte de las naciones nombradas, Venezuela Colombia y Guatemala, los organizadores excluyen a los Estados Unidos.
La alianza estaba dirigida a contener a Europa y cuando el gobierno argentino  recibió la invitación,  la rechazó –noviembre de 1862-  afirmando que el proyecto respondía a un antagonismo con Europa y el mismo no era compartido por el estado  argentino, pues la Republica Argentina estaba identificada con Europa en todo lo posible.

Además podríamos considerar la posición de Mitre a través de unas cartas dirigidas a Sarmiento, cuya participación  en el Congreso Limeño fue encasillada como “pamplina”, también  punteaba que se había invitado a Brasil y excluido a los Estados Unidos, sin los cuales frente a Europa “nada podía hacerse, al menos en los primero tiempos”,   sondeando el americanismo como doctrina decía:
 “…  ya era tiempo que abandonásemos esa mentira pueril de que éramos hermanitos y que como tales debíamos auxiliarnos,(…), que debíamos acostumbrarnos a vivir la vida de los pueblos libres e independientes tratándonos, como tales, bastandonos  a nosotros mismos, y auxiliándonos según las circunstancias y los intereses de cada país, en vez de jugar a las muñecas de las hermanas, juego pueril que no responde a ninguna verdad,(…) ni responde a ningún propósito serio para el porvenir…”. (1)

Mitre desahuciaba el americanismo como forma de acción política y  también afirmaba una autarquía nacionalista que enraíza en el particularismo federal, que antecede al futuro aislacionismo argentino frente a las demás naciones americanas y uno de los elementos integrantes de la política de “no intervención” defendida en este siglo

Desde estas cartas, como testimonios de la pluma de Mitre, surge un pensamiento mitrista
¿Qué nos pueden ofertar hoy los países americanos, para satisfacer el interés argentino?,
Europa es el germen del comercio, de los capitales, de los inmigrantes  que el país necesita y que la incipiente identidad nos requiere.

Mitre tenía otra constante que se reconoce desde esos documentos ya citados, el hace  referencia a la necesidad del apoyo norteamericano para una “Política del Atlántico”, su postura apática con respecto a las dificultades en Uruguay por la intervención del Brasil y Paraguay, por la disputa  que se desató entre Chile y Perú, son manifiestas, pero concordantes con la conducta de los participantes del Congreso Americano, lo que de algún modo ratifica la opinión de Mitre sobre, la inoperancia del americanismo, que ya daba indicios de fallar, como  en el caso de Malvinas, en la agresión anglo-francesa contra la confederación, o en la intervención francesa en México etc. 

(1)     C.A Floria  / C. G. Belsunce, HISTORIA DE LOS ARGENTINOS, Buenos Aires, Larousse, 2004, Pág. 616/7
(2)      
PARAGUAY: ¿capitalismo de estado?

Desde su segregación de la autoridad de Buenos Aires en 1811, el Paraguay vivió una
independencia de hecho y de proyecto de las Provincias Unidas del Río de la Plata, en sus aspectos políticos, cómo económicos.

Fue gobernada por el doctor José Gaspar Rodríguez de Francia, bautizado “el dictador perpetuo”,  función que ejerció hasta su muerte, la herencia que dejo a los ciudadanos de esta Nación fue la conservación de una estructura social reformada, desarrollo de  una economía interna rural proteccionista, y la imposición de un aislacionismo en la política internacional.

El dictador Francia sospechaba y ratificaba que con la libre introducción de mercancías, acabaría por constituirse una clase vinculada a intereses antagónicos al interés nacional del país; en el, los artesanos serían desplazados por la competencia y pasarían hambre,  los campesinos terminarían sembrando según la necesidad y demanda del mercado exterior,
“laissez faire…laissez passer” también daría albergue a comerciantes, que se harían con tierras y ganado,  que luego desalojarían al campesino humilde, para finalmente apoderarse del poder político para redireccionarlo en base a sus intereses.

De esta percepción y de la puesta en práctica de una economía política con miras al desarrollo, surge un paradigma diferente en un país de América Latina, una marcha contra la corriente, hacer caso omiso a las tendencias que las potencias centrales intentaban imponer a modo universal, sin embargo el escenario no estaba completo, el rol de la burguesía nacional no estaba presente, el malestar británico no se disimulaba, y las críticas podían leerse en los periódicos del momento.

 “…La mayor parte de la propiedad rural es propiedad del Estado. Las mejores casas de la ciudad pertenecen al gobierno,  y éste posee valiosas granjas de cría y agrícolas en todo el país”. Desmesurado estatismo:, mal ejemplo. No deja campo a la  libre iniciativa privada, ni a los ingleses, ni a sus negocios. Y ellos los están queriendo hacer…”. (2)


 “…¿los monopolios del Paraguay [el monopolio estatal] defendiéndose, nos envolverán en una guerra, que amenaza desquiciarlo todo?...” (2)











































(2) Leòn Pomer, LA GUERRA DEL PARAGUAY, Buenos Aires, Leviatàn, 2008, Pág. 19

PAISES EN GUERRA


·         Paraguay

La burguesía era débil y escasa, el país no producía alimentos ni materias primas demandadas por las grandes potencias, las misiones Jesuíticas desde sus trabajos anteriores  habían impedido  la formación de una poderosa clase terrateniente.

Las extensiones de tierra  controladas por esta orden religiosa, fueron expropiadas desde el gobierno sumándose al patrimonio del Estado, luego repartidas en arriendo a precios muy bajos, operatoria controlada desde una nueva institución “Estancias de la Patria”,  este organismo facilitaba la integración y creaba una conciencia nacional, objetivo que a partir del siglo XIX fue motor ideológico, de todo Estado Nación naciente “crear identidad”, otra estrategia utilizada fue el progreso en educación, alfabetización del pueblo, hay documentos que aseveran, que durante el periodo analizado, casi todos los habitantes sabían leer y escribir, según consta en una carta recibida por Alexander Von Humboldt, que le escribió un amigo francés residente en el Paraguay.

A la muerte del doctor Francia lo sucedió su hijo CARLOS ANTONIO LOPEZ, que continúo la línea aislacionista de su padre, aunque más atenuada, por el fantasma del Imperio del   Brasil y la Confederación Argentina.

Carlos López ejerció en lo económico un Capitalismo de Estado, monopolizando la explotación del tabaco, yerba mate, y madera en el siglo XIX; el desarrollo de industrias,  ferrocarril  y  fundiciones  de hierro más las finanzas, no tenía déficit y poseía un nivel de educación ecuánime, la política económica de los gobernantes paraguayos se prolongaba y ahondaba, luego de su fallecimiento lo sucedió su hijo FRANCISCO SOLANO LOPEZ.

Don Francisco Solano López, tenía para su país y de acuerdo a las situaciones coyunturales y estructurales que el mundo cursaba, ambiciones mas bastas y una desconfianza incremente hacia las potencias imperantes; pero su vanidad lo traicionaría, fue ella la que lo llevo a abandonar el aislacionismo y enviar a Europa muestras de algodón, yerba mate, tabaco y madera, materia prima anhelada en el viejo mundo, la intencionalidad de exportar a las grandes metrópolis ultramarinas, sin intermediarios particulares, abrieron la puerta del “deseo insatisfecho e incontenible de los poderes hegemónicos europeos imperantes”.
Durante este proceso de apertura, el intercambio entre estudiantes, técnicos, especialistas y hombres de ciencia de todo el mundo hacia y desde Paraguay, fue una situación frecuente.

En el balance material paraguayo de esa época es posible encolumnar en el haber: “ferrocarril desde Asunción a Paraguari, fundición de hierro que proveía a los astilleros asunceños, telégrafo en la capital de Humaita, industrias textiles avanzadas (actividad sobresaliente en la Inglaterra del siglo XVIII Y XIX), fábricas de papel, loza, tinta, pólvora y azufre, sin déficit en lo financiero.

La población era aproximadamente de 600.000 habitantes, el 4 % de la misma en proceso de escolarización, el 3% soldados en los cuarteles recibiendo formación bélica y de identidad, otro hecho plausible de analizar es la gestación de una burguesía rural, que sin la traba del latifundio, iba creciendo lentamente, esto ofrece al observador extranjero un panorama distinto de aquellas sociedades feudales a las que estaban acostumbrados analizar, de alguna manera se estaba perfilando una potencia mediterránea, la intolerancia desde el exterior no tardaría en presentarse.

 “…En 1864 va a la Asunción el diplomático ingles EDWARD THORNTON. El 5 de septiembre eleva un informe a su ministro de relaciones exteriores; describe un pueblo sometido al terror y al despotismo. Le escuece claro, que a excepción de los López,(...) nadie posee, ni siquiera una fortuna moderada (…)” que los derechos de  importación, son muy altos, lo que perjudica el libre ingreso masivo de manufacturas extranjeras…” (3)






(3) Pomer, obra citada, Pág. 22

·         Uruguay

Desde la Independencia, Uruguay intentó incorporarse al mundo occidental por medio de la expulsión de uno de los pueblos indígenas supervivientes, conocidos como los charrúas, para quedarse con sus tierras. El 18 de abril de 1831, siendo Presidente el General Fructuoso Rivera y Ministro de Guerra el General Manuel Oribe, se llevó a cabo la Matanza de Salsipuedes, en la que mueren cerca de treinta indios charrúas, la más importante de una serie de batallas con los pueblos originarios, que tuvo como resultado la emigración de muchos charrúas hacia Brasil y Argentina.

Esta batalla es el corolario de una guerra que antecede a la llegada de los españoles al Río de la Plata, entre la Nación Charrúa y la Guaranítica, esta última protegida por el General Rivera.

Los primeros cuarenta años del nuevo país fueron testigos de una gran inestabilidad política, los continuos enfrentamientos entre blancos y colorados dieron lugar a la llamada Guerra Grande y al largo sitio de Montevideo, con el país dividido entre dos gobiernos rivales,  que presenciaron graves intromisiones en sus asuntos internos por parte de la Argentina y el Brasil, el Estado se construía. A esa guerra siguieron una serie de golpes de estado y revoluciones, que llevaron incluso a Uruguay a participar en la larga y costosa Guerra de la Triple Alianza contra Paraguay.

Sólo después de la Revolución de las Lanzas, en 1872, comenzó una etapa de resolución más pacífica de las situaciones políticas, aunque siguieron ocurriendo pequeñas guerras civiles a una fecha tan tardía como el año 1904.

La Revolución de las Lanzas fue un movimiento armado conducido por Timoteo Apariciocaudillo del Partido Nacional y ex oficial del ejército— que se desarrolló en Uruguay entre 1870 y 1872 y culminó con el primer acuerdo de coparticipación en el poder de los partidos tradicionales. Su nombre, Revolución de “Las Lanzas” es debido a que fue el último conflicto militar acaecido en Uruguay en el cual se utilizó esta arma, la lanza de tacuara, como arma fundamental para librar las batallas.

Posiblemente uno de los grandes problemas de Uruguay, era el ser una pequeña nación entre dos gigantes “Argentina - Brasil”, de los que dependía su economía, y cualquier decisión político gubernamental, contaba con la coacción de sus colindantes, una amenaza fantasma, que se había hecho efectiva en varias oportunidades, la Guerra de la Triple Alianza parece ser un prototipo claro de la situación,  la Argentina, aliada al Brasil y al Partido Colorado de Uruguay, al que perteneció Mitre en Montevideo invadieron al Paraguay y combatieron al Partido Nacionalista o Blanco aliado de Paraguay.

Un patrón observable, es que Uruguay de alguna manera surge como un Estado tapón, en las primeras décadas del siglo XIX por voluntad, creatividad y apoyo del Imperio Británico, de alguna manera esta particularidad, décadas después será una dificultad, su ubicación entre dos gigantescos estados que intentan asumir un rol protagónico en la región, y su antagonismo ideológico, la impulsaran a carriles equivocados.

¿Quiénes eran los Colorados?:
El Partido Colorado es un partido político uruguayo históricamente liberal y republicano;
tiene sus orígenes en los enfrentamientos entre los líderes de la independencia de 1825.

Comprobadamente los colorados representan los intereses de los grupos populares urbanos de la ciudad de Montevideo, grupos de inmigrantes y la apertura a lo europeo, mientras que sus contrincantes ciertos, los blancos, tienen su base en el medio rural (interior del Uruguay) y los intereses del pueblo llano y de los terratenientes.

Es en 1836 cuando se enfrentan los partidarios del presidente Manuel Oribe y el grupo que apoya a Fructuoso Rivera (presidente entre 1830-1834), en la batalla de Carpintería surgen los colores de las divisas que posteriormente identifican a cada grupo político. Partido Blanco, partidarios de Oribe y Colorado los de Rivera, lo cual conforma un bipartidismo que dura hasta fines del siglo XX,  que los llevara a decisiones antagónicas y muchas veces carentes de algún beneficio para el Estado todo.

·         El Imperio del Brasil   

Es menos sólido de lo que parece, diez millones de habitante, un cincuenta por ciento blanco y el resto entre negros e indios, un sistema de gobierno Imperial ejercido por don Pedro II  con cánones arcaicos, su monarquía se desarrolla a la par del país, pero sin consustanciarse con él.

En lo político conservadores y liberales, en lo económico formaban un ángulo recto cuyo vértice lo componía el emperador quien intervenía en todos los asuntos del estado, su política internacional era de cordialidad hacia Gran Bretaña y de expansión territorial  en América.

En 1864, poco antes de comenzar la guerra analizada, la situación económica brasilera era poco halagüeña, en septiembre de ese año en la ciudad de Río de Janeiro la crisis económica mas devastadora que hasta la fecha se conociera se hacia verdad.

Fuentes primarias y secundarias consultadas, aluden que en mayo del año siguiente el emperador Pedro II, en su discurso de  apertura de la Asamblea General anuncio, que las quiebras de algunas casas bancarias en los cuales se hallaban depositados los ahorros de millares de individuos, produjo en el mes de septiembre del año pasado una crisis asustadora, las mismas fuentes manifiestan, que la situación del Brasil  ya era complicada antes de la guerra, retrocediéndose gravísima durante su transcurso y conservándose difícil durante mucho tiempo después.  

De lo detallado es obvio suponer que Brasil no tenía en lo económico una situación óptima, como para ir a una confrontación bélica de grandes magnitudes, (si es que alguna guerra esta exenta de esta particularidad), pero fueron los préstamos británicos los que solucionaron esa cuestión. El desequilibrio incompatible interno del Uruguay, le daría aun más la oportunidad de lograr en uno de los Estados “incontrolable” sus objetivos, ya que su diplomacia era la mejor de América y trabajaba en ese sentido, apuntalando a uno de sus elegidos dentro de la política uruguaya.  Su ejército era de tres mil hombres, pero su gran extensión le impedía el aprovechamiento de su fuerza, y es en sentido donde puede evidenciarse  que el imperio era menos sólido de lo que aparentaba.
·         Argentina

Durante y a partir de 1952 Buenos Aires era insolentemente rica, La Confederación era desesperadamente pobre, y  vivía de los créditos externos, a pesar del perfil autoritario de Urquiza la falta de administración y gobierno eran notables, en realidad era el vicepresidente del Carril, un antiguo unitario y su ministro del interior  Derqui, eran quienes ejercían estas tareas.

En 1859 Buenos Aires vencida en la batalla de Cepeda, es o intenta incorporarse a La Confederación, logrando de este modo proteger sus intereses económicos mediante una reforma constitucional, dicha reforma valida el concepto –intentar-.

Tiempo después y tras la victoria de Pavón, Urquiza se retira con su hueste, un fin sin “final”, Derqui se marcha del país, y los restos del ejército federal desaparecen violentamente en Cañada de Gómez, lideraba el ejercito de Buenos Aires el General Flores, de origen uruguayo, irremediablemente la bandera de la hegemonía volvía a pasar a Buenos Aires liberal y el general Mitre iba a ser el inspirador y ejecutor de la política a dictar al resto del país.

La oligarquía dominante era atraída, por la libra esterlina del capital inglés, traducida en préstamos y  tecnología, una buena posibilidad de multiplicar sus ingresos monetarios sin que peligrara el control de los factores productivos. El ferrocarril representaba la imagen más  sugestiva para esta clase, completaba el círculo del deseo, los tranvías, los barcos a vapor y los bancos con sus operaciones enmarañadas. De alguna manera el cuadro de la economía externa se modificaba con un descenso de las exportaciones y un marcado ascenso de las importaciones “bienes de consumo y flujo de capitales”.

“…este tipo de crecimiento económico expuesto basado en las exportaciones desencadenaría: “el desmantelamiento gradual de la economía camerina y otorgaría al latifundio la función de centro de la vida económica”…” (4)




(4) M. Carmagnani, ESTADO Y SOCIEDAD EN AMERICA LATINA 1850-1930, Barcelona, Grijalbo, 1984, Pág. 58
Un razonamiento oportuno nos lleva a considerar el panorama de la época, grandes propietarios, y el pequeño productor focalizando su impaciencia en las comunidades indias,  el  largo proceso de pauperización de estas comunidades, ya no se detendría.

El escenario habitacional social reflejaba,  suntuosas moradas que los hacendados se habían construido en las ciudades, asimismo habían transformado las simples casas de campo en verdaderos palacios proclamando la gran prosperidad para la clase oligárquica, pero contrastando, desde los estratos más bajos llegaban insurrecciones campesinas, agitaciones de artesanos, tanto en las regiones rurales como en la ciudad reclamaban por la reducción  de sus jornadas laborales y una ampliación de sus ingresos. El empobrecimiento de las capas inferiores traería aparejado más adelante la proletarización.

“Cada vez era más amo el amo y más servil la condición el peón “.

Para Mitre a posteriori de Pavón su máxima aspiración estaba lograda, una Constitución obedecida y una República unida. Su temperamento lo llevo a conductas colaboracionistas y acuerdistas. Su programa estaba resumido en un lema “Nacionalidad, Constitución y Libertad”. Una Nación unida superior a sus partes, una Constitución federal, libertad civil y política, como el ilustre Sarmiento definió,  el plan mitrista obedecía a un orden liberal en la república, y esto significaba que derribaría los regímenes federales que gozaban de consenso en las provincias, imponiendo otros creados desde afuera apoyados por las minorías, así que mientras que para los liberales era una misión libertadora y civilizadora, para los pueblos del interior era que Buenos Aires imponía hombres y estilos ajenos, para mejor avasallarlos, mientras el proyecto transitaba los rieles de la voluntad porteña, las provincias se debatían en la malaventura y afloraba un descontento profundo haciendo responsable al gobierno nacional.

Todo este período se caracterizó por las agitaciones de las provincias, intervenciones federales en las mismas, exceptuando a Córdoba que quedó en manos de opositores al gobierno hasta el año 1867.

Y en la mirada de anhelo hacia un mundo europeo otro problema acuciaba a los grupos de poder: EL INDIO, las tierras conquistadas por Rosas se habían perdido, y los malones no frenaban de avanzar sobre las estancias y lugares poblados, eran las guerras transitadas las que favorecían el desguarnecimiento de las fronteras, ¿cuál fue la solución? la ocupación y la propiedad de las tierras parece ser la mas eficaz, ¿cómo? la inmigración europea que incentivaron y radicaron, en Buenos Aires, en las provincias de Santa Fe, Entre Ríos y en el valle de Chubut, la llegada de galeses a esta zona no solo se baso en un estímulo sino que fue beneficiada con la propiedad de la tierra.

Pero las trabas para la incipiente nación no eran pocas, ni los escuetamente referidos en párrafos anteriores, las eran muchas y variadas, los límites internacionales aún no estaban definidos ni  con Chile ni con Paraguay, la importancia de este último afectaba la capacidad e influencia de Brasil y Argentina en el Río de la Plata, Brasil no desconocía su importancia, y estaba atento a todos los sucesos que pudieran llevarse a cabo.

El panorama político interno era arduo, pero se agravaba aun mas, ante la ausencia del presidente Mitre, él había asumido la conducción de los ejércitos aliados en la lucha en territorio paraguayo, don Bartolomé participaba de la contienda personalmente, su deseo se focalizaba en la necesidad de que las tropas argentinas no estuvieran conducidas por un jefe extranjero, de tal manera no cedía posiciones frente al Imperio Brasilero, aunaba todo, sus ansias de prestigio de ser cabeza militar de la alianza.

El complejo cuadro que se observaba tanto en el Interior, como en Buenos aires, exponía que la unidad nacional no estaba aún consolidada, muchos eran los factores que mediaban,  y es importante destacar la falta de sentido nacional en los distintos sectores sociales,  que  como el historicismo señala es  “requisito indispensable de la victoria”.

DON BARTOLOME MITRE

ü  Las actitudes dignas de nuestro Presidente

Esta invasión reiteradamente analizada, se nos exterioriza con miradas contradictorias, ¿fue el presidente argentino cómplice y participe de la misma?, diversidad de criterios y exposiciones se exteriorizan.
 “…Desde ya creo que tal guaso de Flores nos va a traer una complicación muy seria con su invasión, pues si no le dan en la cabeza pronto y llega a tomar cuerpo su plan el taita de Entre Ríos ha de auxiliar a los suyos como mejor prueba;  de ahí el embarazo, para nosotros ¡Pobre partidos de principios el que encabeza don Venancio!...”

    “…Me parece oírle decir que es descabellada la intentona. Los amigos de Flores apoyan su empresa, pero el gobierno nacional reprime los actos en apoyo, para evitar comprometer la neutralidad Argentina…” (5)

La historicidad parte de diferentes hipótesis, la lectura y exploración  del historiador argentino José María Rosa, parece oportuna para adentrarnos en el nudo del conflicto.

  • Hipótesis tradicional
La primera, usual en la historiografía liberal argentina tradicional y dada en la época por el diario mitrista La Nación, dice que Bartolomé Mitre y su grupo no tuvieron parte en la invasión de Flores. Dicho medio de prensa publicó el 12 de abril de 1865 una carta de Flores a Mitre del 16 de marzo de 1863, escrita en Buenos Aires en el momento que Flores se disponía a embarcar rumbo a su patria, carta que según esta postura probaría la oposición de Mitre a la invasión del jefe colorado:
Hoy me entrego a mi destino lanzándome al suelo de la patria para combatir a los déspotas, autores y factores del bárbaro asesinato de Quinteros.

(5)L. Rebollò Paz, LA GUERRA DEL PARAGUAY -  Historia de una epopeya (1865-1965). Buenos Aires, 1965, Págs.  15/16.

Desde que se negó usted a hacer por la emigración oriental lo menos que a su nombre podía yo exigir —obtener del gobierno de Montevideo la ampliación de la ley de amnistía, y que prestase usted su garantía moral respecto de su cumplimiento—, no quedaba otro remedio que el de recurrir a las armas para conquistar nuestros derechos arrebatados por actos arbitrarios (...).
Y sigue Flores en su carta a Mitre: “y aunque me parece oírle decir que es descabellada la intentona […] confío en que la Providencia la coronará con el triunfo”. Según el escritor uruguayo Washington Lockhart, tanto para Mitre como para su ministro Rufino de Elizalde, la empresa era una “locura”, como lo expresaron a Andrés Lamas, y éste a Juan José de Herrera. Debido a eso, sigue aseverando el escritor antes mencionado, Flores reprocha a Mitre haberse negado “a hacer por la emigración oriental lo menos que su nombre podía exigir”. Por último, concluye el escritor que parece claro que no hubo ninguna ayuda material en la primera etapa de la invasión, aunque se sabe que José Gregorio Lezama, días antes de que Flores invadiera el Uruguay, le dio 60.000 pesos, por un pago de servicios —suma que es “demasiado simple” para un pago de servicios según el escritor Lockhart—. Andrés Lamas, que era embajador oriental en la República Argentina, escribía a Mitre pocos días antes: “Estoy contentísimo de que usted sin nota mía, mandase disolver la reunión de Punta Lara y sumariar el hecho”. El 13 de mayo, el presidente argentino oficia a Justo José de Urquiza dándole órdenes convenientes a fin de impedir el paso de Flores.

  • Hipótesis revisionista
La segunda hipótesis respecto de la invasión de Flores sostiene que éste obró de acuerdo con Mitre. Para sustentar este aserto, se toman en cuenta los siguientes puntos:
a.-Flores era general del Ejército Argentino, como sus acompañantes los coroneles Aguilar y Caravallo y el mayor Arroyo. La solicitud de la baja por los tres primeros a principios de 1862 debió hacer sospechar de sus objetivos.
b.-Flores y sus compañeros partieron de Buenos Aires a pleno día y no en forma oculta, embarcándose en el buque de guerra Caaguazú de la Armada Argentina, puesto a su disposición por el ministro de guerra y marina Juan Andrés Gelly y Obes, quien además acompañó a los revolucionarios colorados y los saludó en el muelle antes de partir, según surge del testimonio del después contraalmirante Martín Guerrico.
c.-La presencia de una sugestiva carta del cura Ereño, corresponsal de Urquiza, quien escribió a éste el día 24 de abril de 1863 lo siguiente:
“El intermedio para arreglar la invasión ha sido el señor Lezama (Juan Gregorio, un fuerte comerciante). El día 15 tuvieron Mitre y Flores su última conferencia en la casa de dicho Lezama para que el 16 partiera Flores, como así tuvo lugar, habiendo recibido de manos de Lezama 6000 onzas de oro por pronta providencia y con ley abierta para librar contra la casa Lezama las cantidades que precisase”.

  • Hipótesis de José Mármol
Por último, hay una tercera hipótesis, la cual señala que los ministros de Mitre, sin conocimiento de éste, estaban de acuerdo con Flores y las autoridades del Imperio del Brasil. Esta versión fue vertida por José Mármol, un hombre del gobierno argentino; en una polémica con Mitre y con Juan Carlos Gómez sobre las causas de la guerra del Paraguay, el 14 de diciembre de 1869 y bajo las iniciales XX decía lo siguiente:
Al presidente Mitre no repugnaba menos la invasión de Flores que a don Pedro II. Pero el presidente Mitre no tuvo cerca de sí sino un solo hombre que alentase su honrado pensamiento de neutralidad (el propio José Mármol), pero este hombre nada podía contra las maniobras de los secretarios de Estado. (6)












ü  Bartolomé tejedor de intrigas
Mitre se movía con gran solvencia en las artes de la intriga, otros le decían diplomacia o cuestiones de palabras que no cambiaron ni los fines, ni los medios. El gabinete de Río de Janeiro, también estaba preocupado,
“…¡Fuera las manos mitristas de la antigua provincia Cisplatina del Imperio que sueña con volver a hacer suya!...” (7)

Mitre parecía estar procurando que la situación invasiva tomara un cauce definitorio,  sus aptitudes y actitudes parecen definirlo, su interés primordial era que  manos y voluntades brasileñas se enfrascaran en  las circunstancias que acontecían, fue por este motivo que  despacho a José Mármol  a la corte cita en Río,  y a través del mismo que averiguara por cuanto tiempo el Imperio permitiría la continuación de las actuales conmociones intestinas en la República Oriental, con los serios prejuicios causados a los intereses comerciales de residentes argentinos y brasileños in situ,  y de ser posible llegar a un arreglo con el gobierno brasileño, para poner fin al desorden existente en las tierras uruguayas, de esta manera arrastraba a Brasil a la intervención militar en apoyo del partido colorado.

La urdimbre funcionó y  Brasil revisó sus archivos, compiló una serie de reclamaciones por ultrajes reales o inventados a ciudadanos e intereses brasileños en tierra oriental. Se daba un hecho previsto, el gabinete de Brasil era arrastrado a la intervención por la pasión del mitrismo y los negreros esclavistas de Río Grande.

Luego vendrían la invasión brasileña a la antigua provincia Cisplatina, la destrucción y la toma de Paysandú, la inmolación del general Leandro Gómez a manos de sus hermanos orientales bajo las órdenes de don Venancio Flores, ya en la silla presidencial.
    “…La diplomacia mitrista triunfaba y en la otra banda del río, ya no estarían más los que podrían servir de apoyo a los opositores del mitrismo…” (8)

Asimismo el gobierno brasilero no era aparentemente y solamente manipulado desde el gobierno argentino, sino que también era presionado por un caudillo riograndense,


(7) (8) Pomer, obra citada, Págs. 37/39
el general Netto antiguo jefe de los separatistas en Piratinin, quien residía en el Uruguay y su amenazas eran constantes y concretas, o las tropas del emperador intervienen a favor del partido colorado o 40.000 riograndenses harán justicia propia con sus manos. Los esclavistas negreros de Río Grande, dueños de saladeros aspiraban a la hegemonía política en el Uruguay independiente, o a reincorporarlo al imperio, manteniendo por supuesto ellos el mando de la provincia oriental.

CAMINO HACIA LA GUERRA, origen de la TRIPLE ALIANZA

La guerra tuvo dos fases muy diferenciadas; la primera etapa fue la Campaña del Mato Grosso, que duró un año y estuvo caracterizada en su totalidad y exclusivamente por el enfrentamiento entre Paraguay y Brasil, fue favorable a Paraguay: las fuerzas paraguayas, siguiendo las líneas del río Paraguay y del camino de Nioaque (o Nibolaque) y el Mbotetey (o río Miranda) desalojaron a las brasileñas de las fortalezas y colonias militares de Coimbra, Alburquerque, Corumbá, Miranda, Dourados y, ya a inicios de 1865, Coxim deteniéndose el avance de modo convergente hacia Cuyabá

Pero dada la enorme extensión del territorio brasileño, ypese a sus victorias Paraguay no podía lograr una acción decisiva. Entonces Francisco Solano López pide al presidente de Argentina, el general Bartolomé Mitre,  permiso para que las tropas paraguayas pudieran cruzar por territorio argentino hacia el territorio uruguayo, en donde liberando a Uruguay de los brasileños, López esperaba encontrar un aliado y un lugar de gran importancia estratégica, una salida al mar. Mitre no accedió a lo demandado por López , aparentemente por dos motivos; uno ciertamente obvio: si Argentina permitía el paso de tropas de un estado beligerante en esta guerra, quedaba involucrada directamente en ella; el otro motivo: era la antigua relación de afinidades entre Mitre y el jefe del partido colorado uruguayo Venancio Flores, enemigo declarado de López.

Entonces, el 14 de marzo de 1865, López rompió relaciones con la Argentina, es en abril de ese año que inició la campaña contra la Argentina y las tropas paraguayas capturaron barcos argentinos en el río Paraná, y ocuparon la ciudad argentina de Corrientes. Ese mismo día llegó a la misma ciudad argentina una columna de caballería paraguaya que había hecho su avance por tierra,  Paraguay impuso un triunvirato de gobierno interino en la provincia de Corrientes: Teodoro Gauna, Víctor Silvero y Sinforoso Cáceres, todos ellos miembros del partido federal, y opositores al gobierno nacional, que era detentado por continuadores del partido unitario. Este gobierno provincial, teóricamente autónomo, estaba supervisado por comisionados paraguayos

La declaración de guerra ya no era tacita ni virtual, se había materializado desde el momento de la invasión y la constitución de un poder gubernamental, pero Mitre oculto esta situación por unas semanas, a fin de cohesionar a su alrededor a las provincias argentinas y a algunos caudillos, como Justo José de Urquiza,  que consideraban que ello sería una guerra fratricida entre Argentina y Paraguay; sin embargo, algunas conductas de la avanzada paraguaya enardecieron los ánimos argentinos, la noticia de que algunas mujeres correntinas habían sido raptadas y llevadas a Paraguay.

La guerra fue  popular, al menos en un principio, sobre todo en la ciudad de Buenos Aires y en zonas cercanas, como Rosario en donde la prensa hacía fuerte propaganda a favor de Brasil. Con todo, hubo en casi todo el resto de la Argentina una corriente generalizada de oposición a participar en esta guerra, hasta el punto que gran parte de los soldados enviados eran de raza negra. A diferencia de los soldados brasileños no eran esclavos, pero formaban las capas más pobres de la sociedad; tanto los negros brasileños como los argentinos eran llamados "cambás" por la población paraguaya.

La actitud del presidente López frente a la Argentina, y Brasil determino que ambos países agredidos unieran sus esfuerzos en contra de un enemigo común, sobre una coalición en la que también ingreso el gobierno Uruguayo. La TRIPLE ALIANZA ya fue un hecho antes de ser concretada en un tratado discutido entre las cancillerías de cada país y sus respectivos representantes, Almeida Rosa, Castro y Rufino Elizalde. Los artífices argentinos de la alianza nunca expresaron cuáles fueron los verdaderos motivos de su posición. Por ello se han tejido tantas explicaciones que van desde la defensa del honor nacional hasta la presión de agentes internacionales, como Inglaterra sobre Argentina para que participara y obligar la apertura  del Paraguay al comercio internacional, todo parece ser creíble pero también hay mucha contradicción que no favorece en nada los argumentos expuestos.

En principio el propósito de la alianza fue combatir al gobierno de López, pero respetar  la soberanía, independencia e integridad territorial del Paraguay. Sin embargo la asociación pareció casi naufragar cuando se discutió quien asumiría el mando supremo, Mitre expresaba que si el mando no le correspondía a él, no había alianza, Almeida aceptó y Tamandaré debió conformarse con el mando naval.

UNA GUERRA IMPOPULAR

El gobierno argentino no disponía de un verdadero ejército para la guerra, las escasas tropas estaban diseminadas en las provincias o en las fronteras indígenas, donde los malones seguían siendo una amenaza constante; la guerra estaba cubierta por un matiz impopular y en la que pocos creían que los federales respaldarían a Bartolomé Mitre en semejante conflicto contra un viejo aliado; pero a los enemigos de la guerra les faltó un jefe.

El general Justo J. de Urquiza no la apoyó, las tropas entrerrianas desertaron rápidamente, no obstante tampoco se alzó contra Mitre; fue a lo largo del conflicto que duró cinco años que se fue organizando un ejército nacional, este desamparo militar no fue aprovechado por el mariscal López.

Lo problemas logísticos de movilidad, abastecimiento y batalla de semejante esfuerzo fueron  enormes y ajenos, las soluciones fueron proporcionadas por el general Mitre, probablemente  consideradas su mayor mérito en la conducción militar; Paraguay debía impedir el cruce del Paraná, pero fue este mismo general que planeo la operación, la que fue considerada una de las mejores en toda la guerra.

Ni Urquiza, ni los habitantes de Corrientes la avalaron, pero tampoco el clima en otras provincias era próspero, en el pensamiento provincial la guerra del paraguay, era considerada  como una guerra ajena, y la convocatoria de la reserva del ejército para las guardias nacionales, así como la constitución de los cuerpos de voluntarios generarían más inconvenientes .

Las fuerzas del ejercito se fueron construyendo con: la existencia de una de ley que penaba en la Argentina “El carácter de vago y mal entretenido”, se entrelazaba con decisiones de jueces de paz y comandantes de guarniciones en injustas levas, se anexionaron jóvenes honrados y bien intencionados que generosamente se habían prestado al enrolamiento, a la sumatoria de estos  contingentes, los llamados “hombres de mala fama” que estaban sentenciados por diversos delitos, sujetos llenos de mañas y vicios con los que algunos gobernadores sin escrúpulos llenaban los cupos exigidos por el gobierno, al mismo tiempo que “limpiaban sus provincias de criminales”. Estas medidas y este ejercito eran resistidos por los ciudadanos del novel estado, también  por los oficiales que tenían que padecerlos, pero el vicepresidente Dr. Marcos Paz, y el general Bartolomé Mitre intercambiaban novedades, sin importarle demasiado la cuestión moral que subyacía en el procedimiento.

La guerra tenía un carácter  vilipendiado desde su mismo comienzo, porque al parecer los únicos que se beneficiaban con la misma, era la oligarquía porteña y grupos dominantes,  para los no aventajados económicamente y participes obligatorios sólo significaba muerte, y pobreza, ausencias,  luchas y enfrentamientos contra sus hermanos guaraníes, cosa que no querían hacer y participar en la misma era luchar en una guerra que no era de ellos.


DOS BATALLAS, DIFERENTES FINALES

TUYUTI: La 1ª Batalla de Tuyutí tuvo lugar el 24 de mayo de 1866 en los pantanos circundantes del lago Tuyutí, en territorio del Paraguay. Es considerada por los historiadores militares como una de las más importantes batallas de la Guerra de la Triple Alianza, la mayor y más sangrienta en la historia de América del Sur. La batalla se inició cerca de las 11 horas, extendiéndose por seis horas. El efectivo paraguayo atacó, distribuido en tres columnas

Para los aliados hubo sorpresa, confusión, imprevisión, hasta  riesgo de derrota en varios momentos de la lucha. Sin embargo, con el recrudecimiento de los combates y la iniciativa de los diversos escalones, compañías, batallones, regimientos y brigadas,  al poco tiempo la batalla adquiere personalidad propia y se transforma de cuasi derrota en expresiva victoria, en la medida en que se agiganta la figura del general Manuel Luís Osorio, interviniendo directamente en la lucha.

La batalla culminó con una expresiva victoria de los aliados. Las evaluaciones sobre las pérdidas varían de fuente en fuente, pero todas son acordes y enfáticas en presentar Tuyu ti como un túmulo para el Ejército paraguayo. Sus pérdidas estimadas fueron de seis mil hombres, entre oficiales y soldados; los heridos y capturados ascendieron a más de seis mil hombres. Algunas unidades, como el Batallón 40, fueron aniquiladas. Entre los aliados, las pérdidas estimadas pasaban los cuatro mil hombres. En el Ejército Brasileño se contaban entre 719 y 736 muertos, además de 2.292 heridos. Entre los muertos se encontraba el general Antônio de Sampaio, comandante de la 3a. Divisaos de Infantaria. Las bajas en el Ejército Argentino se elevaron a 126 muertos y 480 heridos. Las del Uruguay, a 133 muertos y 299 heridos.

Al final de la batalla los aliados aún poseían una fuerza de combate, al contrario de López que, de allí en adelante, nunca más consiguió reunir una fuerza de aquella magnitud para combatir. Con la victoria, las tropas aliadas se establecieron firmemente en territorio enemigo. Desde entonces, sin condiciones humanas para batir en campo abierto, a Solano López le restaba resistir atrincherado en las fortificaciones: Fortaleza de Curupay ti y Fortaleza de Humaitá, con la esperanza de poder desgastar a las fuerzas enemigas.
CURUPAY TI: fue librada el 22 de septiembre de 1866 en el Fuerte de Curupay ti, actual departamento de Ñeembucú, Paraguay, ubicado en la zona conocida como El Cuadrilátero. Fue la mayor victoria paraguaya de la sangrienta guerra que duró seis años, los paraguayos en esta batalla fueron comandados por el general José Eduvigis Díaz.

Tras la caída en la batalla de Curuzú, el 3 de septiembre de 1866, y coincidiendo con la celeridad que los paraguayos imprimían a los trabajos de fortificación de Curupay ti, los aliados se enfrascaban en un “largo cabildeo” sobre las variadas formas de conducir a sus tropas a capturar el entonces débil bastión paraguayo; las discusiones se habían iniciado desde el mismo momento en que comenzaron las dudas para completar la victoria de Curuzú y así continuar con las fuerzas aliadas hasta Curupay ti, que por entonces no era defendida más que por una pieza y unos pocos hombres; varias “reuniones de comandos” determinaron otras tantas medidas no llevadas a término, mientras tanto  desde el 8 de septiembre, con cada reunión con la que los jefes aliados perdían el valioso tiempo, crecían las defensas paraguayas.

El inicio del desplazamiento fue dado por la flota imperial, desde el apostadero de Curuzú, cuando llegó el mediodía, los acorazados Brasil, Lima Barroso y Tamandaré, cruzaron la línea de contención de Curupay ti para ametrallar la batería paraguaya de la barranca, desde su retaguardia; completado el bombardeo, se hizo un súbito y desconcertante silencio, que dio paso al desembarco de tropas, en este momento se inicia el ataque terrestre direccionado por el general Mitre, asumiendo que las trincheras paraguayas estaban ya “descangayadas”.

Al finalizar el bombardeo de la flota imperial y cuando el vigía le anunció la presencia del enemigo, allá lejos, en el extremo del estero, el General Díaz ordenó el repliegue de sus tropas ubicadas en las trincheras más avanzadas. Seguidamente, montado a caballo, recorrió todo el frente de la línea arengando a la tropa que respondía con vivas a su Patria.
En cuanto las tropas aliadas estuvieron al alcance, Díaz ordenó el fuego,  toque de clarín, estruendo de los 49 cañones paraguayos, la artillería  no había sufrido más que la destrucción de una pieza, estaba intacta y el tránsito de las tropas aliadas por el cañaveral, bajo la nube de fuego lanzada desde las trincheras se hacía en condiciones muy penosas. Sin otras preocupaciones más que afinar la puntería, los artilleros paraguayos dejaban enormes claros en las formaciones que se revolvían en el lodo, los que salían indemnes del campo de tiro de los cañones se encontraban con las “bocas de lobo”, las zanjas cubiertas con espinas y estacas, y los que superaban este obstáculo, se precipitaban en los abatís, desarrollándose todo ya en el campo de tiro de los fusiles.
Los soldados argentinos y brasileños no podían ni siquiera aproximarse a las trincheras, y los pocos que lo lograban eran literalmente fusilados, otros lograban retroceder pero estaban mutilados, la realidad era una sola Curupay ti era inquebrantable.
El resultado desastroso de la batalla,  paralizó las operaciones de los aliados durante diez meses, terminó de hundir el ya mermado prestigio de Mitre como generalísimo y reavivó especialmente en Argentina el rechazo popular a la guerra, lo cual devino en una serie de levantamientos en las provincias que hicieron forzoso retirar tropas del frente.



DIVERSAS CAUSAS:

             I.      Personalidad de Francisco Solano López:
Paraguayo, heredero privilegiado de fortuna y gobierno, el espectáculo de Europa inflamaba su alma de joven, con sueños de mayor grandeza; escasos conocimientos militares, sin ninguna idea de la guerra, de su conducción ni de sus consecuencias, su formación autoritaria dominante e inflexible, colaboro con su desventura.

López El Supremo, como se hacía llamar, era todo para la nación, no delegaba sus facultades ni atribuciones, el todo lo hacía personalmente, pero este modo en el terreno internacional no funcionó. En Brasil, Argentina y Uruguay había hombres de otra sensibilidad, con experiencia en los negocios públicos, con capacidad en la ciencia del gobierno patriota, con otros deseos y otras experiencias.

Cuando don Francisco asumió  la presidencia, sus ideas y aspiraciones eran nacionalistas y monárquicas, porque después de todo éramos hijos de España y no estábamos capacitados para las formas de gobiernos republicanos. Esencialmente López consideraba que la causa del orden y el progreso que se disfrutaba en su nación, estaba íntimamente vinculada con su autoritarismo. Su espíritu individualista y sus ambiciones prevalecían antes que todo, nada importaba, todo servía para ganar la contienda. Según el mismo era mejor dejarse morir y defender su nacionalismo con honor y no transformarse en vasallo de otro país.

          II.      Personalidad de Bartolomé Mitre:
Argentino, militar, historiador, presidente, periodista, traductor, perteneciente al partido unitario, exiliado en Chile, Bolivia y Perú, durante la autocracia de Juan Manuel de Rosas.

En párrafo anterior se mencionan algunas de las particularidades de su pensamiento de Estado Nación, dentro de un marco liberal con un objetivo político hegemónico y una economía comercial-ganadera reflejada en una oligarquía acotada y porteña. Un acuerdo con Urquiza soluciono el enfrentamiento litoral porteño que asfixiaba al país desde varias décadas. 

Mitre en sus primeras declaraciones con respecto a la guerra se exteriorizó en contra de López y no del pueblo paraguayo, sin embargo cuatro años después rectifico su disposición, y manifestó  que los argentinos fueron al Paraguay, a vengar una ofensa gratuita y a reconquistar sus fronteras de hecho y de derecho,  asegurar su paz interior y exterior. Un breve razonamiento de estos mensajes, nos permiten descubrir que en el primer dicho expresaba posición personal de odio y rechazo contra López al que pensaba aniquilar, y en lo segundo utilizaba la conciliación para justificar la acción.

“… Este debía adoptar ante el pueblo argentino la actitud de ingenuo y dulce corderito siendo sorprendido por López el lobo feroz. Pensaba que de esa manera ante una agresión extranjera lograría unificar a los disconformes y unir el país en una acción común en defensa de su patria…” (9)

Es posible deducir que de acuerdo a como se desarrollaron los hechos el general sabía lo que se avecinaba.
“…doy a Ud. La mejor noticia de pascua que pudiera esperar, por la que le felicito cordialmente,López pisó la celada, nos llevó los vapores de Corrientes. Nada de reclamaciones, la bofeteada que esperaba Rawson, ya está dada, tendremos guerra. Cambiamos dos cascos viejos por medio Paraguay. El oro de Basil derramárase a raudales en su tránsito por nuestro territorio…” (10)

La interpretación que podemos conseguir de estas carta nos puntea:
*Que  la política mitrista era  forzar a López a tomar la iniciativa en la guerra.
*Los dos cascos fueron puestos a propósito, para anexarse, parte del Paraguay, lo que entusiasmaba al gabinete de Mitre.
*El oro del Brasil derramado, no era otro oro más que el prestado por Inglaterra al Imperio.
*La guerra era fervientemente deseada por estos países, ya que era una manera de detener el crecimiento del progreso industrialista y sin deuda de un país en la región, los planes y proyectos de los países lindantes no se relacionaban con el futuro pensado por Paraguay.


(9) (10)  Pomer, obra citada, Págs. 51 y 53.
       III.      Solidaridades entre los partidos políticos de los estados de la Cuenca del Plata:
Considerada también uno de los orígenes que pudieron provocar el inicio del conflicto, que luego culminaría con las hostilidades.

En la década de 1860 la solidaridad era tan fuerte como la identidad nacional,  con frecuencia se prestaban ayuda enviando hombres y armas de un país a otro, dando refugio a tropas amigas cuando se encontraban en dificultades, como fuera caso del general Flores, jefe del partido colorado de la Banda Oriental al que Mitre le permitió organizar el ejército en territorio argentino,  se sumó a este respaldo los fuertes intereses brasileños en Río Grande, aval  y provecho volcaron la balanza en favor de los colorados.

Contrariamente  Paraguay se adhiere a favor de los blancos, considerando la posibilidad que el general Justo J. de Urquiza y el grupo federal en Argentina apoyase esta causa, en realidad no solo consideraba la posibilidad, sino que estaba casi seguro de esta coalición, la ausencia de la misma causó amargura e indignación desde lo espiritual, en lo material la inferioridad de fuerzas entre un grupo y otro, sentenciaba al Paraguay.

       IV.      Una guerra facciosa :
Los autonomistas presionaban a Mitre, su decisión debía volcarse para el lado brasilero, confiados en que al lanzar a la nación a una empresa inequívocamente facciosa, obligarían a Urquiza a salir de esa pasiva lealtad que lo caracterizo luego de Pavón. Sin embargo  Urquiza se apresuró a proclamar su solidaridad con la nación y su gobierno; a medida que el conflicto revela su verdadera estatura y el país advierte que tiene que desafiar su primera guerra moderna.

          V.      Tirar la pelota hacia otro lado:
Pero las guerras además sirven para disimular los graves problemas, ocultarlos, ensombrecerlos, desde un conflicto bélico se puede postergar lo primordial, recordemos la gran crisis económica brasilera de septiembre de 1864, la apoyatura financiera de Inglaterra, arrojar la pelota fue una idea bienhechora, y en esta idea apoyo todo su criterio el Imperio Brasilero.
       VI.      Causas externas:
a.      La deuda externa
Brasil  había nacido con una deuda externa de dos millones de libras esterlinas, en 1824 el empréstito de la Baring Brothers significó para la Argentina una deuda de un millón de igual moneda.

Para los gastos de la guerra fue la banca que facilitó la llegada de  doce  millones de pesos a ambos países, evidentemente la deuda  no cesaba en su crecimiento, siendo el   Paraguay  el único país de Latinoamérica que no había contraído deuda externa, situación preocupante para las  potencias internacionales, como fuera el caso de Gran Bretaña, acostumbrados a sugerir, imponer y establecer  el nuevo orden económico mundial, fuente del precepto político y social de la América Latina toda.

b.- El Banco Provincia y la circulación del papel moneda 
Los prestamos que arribaban a los gobiernos, eran remitidos a los comerciantes proveedores de ropas, caballos, armas y todo tipo de pertrechos para la conflagración. Resulta inevitable aceptar que las opiniones en las altas esferas de la burguesía comercial porteña, se adecuaba a la opinión y conducta de los intereses británicos.
“…las razones para aplastar a Solano López  - y por lo tanto no mezquinar recursos – son las siguientes: a) se logrará de conseguirse la victoria y don Melchor (ex secretario de la bolsa de comercio) lo da por hecho – la libertad de navegar el Paraguay y con ello la consiguiente comunicación con Bolivia por medio de los ríos Bermejo y Pilcomayo: b) el comercio ingles tendrá un nuevo mercado consumidor y productor…” (11)

La guerra fue aprovechada por la oligarquía bonaerense, logrando fortalecer sus bancos y su rol social,  la circulación del papel moneda fue gran negocio,  a cambio adquirían bienes de toda clase,  condición expropiación de riquezas sin indemnización alguna.

La institución provincial de crédito y emisión, era un bastión de la oligarquía comercial
Latifundista, debìan ser apoyados y defendidos por nativos y británicos; la guerra era



(11)  Pomer, obra citada, Págs. 68 y 69.
maléfica, para los soldados, pero para los financistas agiotistas, especuladores y usureros presentaba otras cualidades mas atractivas.


LO QUE LE MOLESTO AL PODER PORTEÑO DE LA CONDUCTA PARAGUAYA

Seguramente el intento de profundizar el modelo de desarrollo industrial autónomo e independiente, que se contraponía claramente al elegido por la oligarquía agro exportadora porteña que había optado hacia tiempo entregarse de pies, manos y cabeza al imperialismo británico. Mitre lo dijo,  todos los intereses del Río de la Plata y del comercio extranjero están en contra del dictador, el comercio no podrá ver abierto el importante mercado del Paraguay sino cuando el déspota López deje de ser funcionario en ese país.

Es importante remarcar que desde la época del doctor G. Rodríguez de Francia, Paraguay intento establecer un comercio directo con las potencias europeas, pero debió enfrentar la oposición porteña. Francia no se cansaba de solicitarle a los liberales de la ciudad puerto, la libertad del Río de la Plata y de sus grandes tributarios, el Paraná, el Uruguay, y el Paraguay, como vías internacionales, estos primeros intentos de política libre cambista llevo a los paraguayos a imponer el proteccionismo, desembocando en cierta medida en un monopolio del comercio exterior por el estado, hecho que sobresaltaba y importunaba a las autoridades de los países limítrofes de la región.

BREVES REFLEXIONES DE HISTORIADORES DEL SIGLO XX

Ø  José Luis Romero
Señalo que los compromisos contraídos en vísperas de Caseros y los intereses internacionales en la Cuenca del Plata, fueron los factores que condujeron al país a la guerra con Paraguay, la contienda en Argentina fue  impopular. Finalizada la contienda, el país pudo decididamente orientarse hacia Europa, que parecía ofrecer grandes posibilidades.

Ø  León Rebollo Paz
Manifiesta que la guerra del Paraguay frustró los propósitos de López de quebrar la unidad nacional Argentina; considera a la guerra como necesaria para salvarnos de caer bajo el influjo paraguayo,  la participación en los accionares bélicos consolidaron nuestra unidad e identidad,  la actuación de Mitre fue correcta, sabia y brillante.

Ø  Marcello Carmagnani 
Profundiza el análisis de un viejo orden colonial heredado,  que la nueva tecnología importada nos beneficiaría a favor del libre cambio,  y que todo formaba parte del proyecto de organización nacional de Mitre. La guerra fue provocada por la común herencia colonial, la falta de interés de los gobiernos en dejar definidas las fronteras, y la victoria final favoreció a Buenos Aires y permitiendo a Mitre hacer prevalecer a los liberales y determino su permanencia en el nuevo parlamento.

Ø  León Pomer      
Excava en el pensamiento que la guerra del Paraguay fue: devastadora de pueblos, de rapiña pagada y apañada por oscuros intereses,  a contrapelo del sentimiento popular que la repudiaba y que se opuso a ella y la combatió, guerra amañada en tortuosos conciliábulos donde los pueblos se repartían como las cartas de un mazo, guerra revestida de palabras hipócritas y engañadoras, bonitas y mentirosas, atractivas, pero falsas, guerra con una mano ultramarina que pone el oro y otra mano nativa que la recoge, para lucrar y asesinar los propios y los ajenos, “guerra sucia”.



CONCLUSIONES

En la historiografía, la guerra del Paraguay es un tema controversial, el tratamiento del contenido se ha realizado desde los más diversos ángulos, intentando revelar y probar, según la posición de unos y otros, las verdaderas causas de una guerra que muy difícilmente se pueda juzgar.

Como todo hecho o proceso es importante seguir los aconteceres previos y la forma que estos se amalgamaron para desembocar en un choque armado de semejante magnitud, son estos antecedentes los que facilitan el percatarse de las motivaciones que cada uno de los participantes de la coalición embanderaban.

El Imperio de Brasil mantenía una agria disputa por una amplia franja de territorio, estas pretensiones indudablemente quedaron satisfechas al finalizar la contienda.

La posibilidad de hallar respuestas a las preguntas introductorias de este trabajo, son potenciales desde la lectura de diferentes fuentes contemporáneas, y desde las elucidaciones de los autores referidos en este escrito, sin embargo los enfoques y perspectivas son tan diferentes como distantes entre unos y otros, que acopiarse a uno de ellos me conduciría a un determinismo impropio de tan acotado trabajo.

Profundizo mi visión en la multicausalidad, y encamino mi conclusión por la vía de la mirada mitrista.  Resultaba imposible no enfrascarse en esta contienda, el proyecto liberal del presidente así lo requería, la firma de acuerdos y compromisos asumidos lo obligaban a la participación, las presiones paraguayas e internacionales no eran pocas, Paraguay intentaba y lograba monopolizar el comercio de su país, fisurando el modelo del presidente Mitre, la elección no le resultó  difícil en materia económica, incluso sirvió a los fines de la construcción de un ESTADO MODERNO, centralización del poder en Buenos Aires (ciudad puerto), creación de una firme y segura burocracia, integración de territorios, y CIMENTACION DE UNA IDENTIDAD NACIONAL; pero la guerra era impopular, y tal vez alcanzo a considerar esta variable como manantial de todos y cada uno de los estudios que de ella se hicieron, el consenso legitimiza los accionares, no hubo consenso en aquel tiempo, la pregunta queda pendiente, ¿que o quienes legalizaron esta guerra? .
BIBLIOGRAFIA:


Carlos Alberto Floria – César García Belsunce, Historia de los Argentinos, Buenos Aires, Larousse, 2004.

Felipe Pigna, Los mitos de la Argentina 3, Editorial Planeta, Buenos Aires, 2006.

Introducción al Conocimiento de la Sociedad y el Estado, Universidad de Buenos Aires, 1ª ed. Buenos Aires, Eudeba, 2001.

José Luis Romero, Breve historia de la Argentina, Fondo de Cultura Económica (FCE), Buenos Aires, 1997. 

Leòn Pomer, La Guerra del Paraguay, Buenos Aires, Leviatàn, 2008.

Leòn Rebollo Paz, La guerra del Paraguay -  Historia de una epopeya (1865-1965), Buenos Aires, 1965.

Marcello Carmagnani, Estado y Sociedad en Amèrica Latina 1850 – 1930, Grijalbo, España, 1984

Tulio Halperín Donghi, Historia Contemporánea de América Latina,  Alianza, 2006.




































  

   


 







 
  






 




       






 



    
  


















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